El inicio de la semana en Tijuana se vio marcado por un intenso congestionamiento vial que afectó a cientos de conductores que intentaban salir de Playas de Tijuana hacia Zona Centro. La situación, que transformó las calles en ríos de vehículos prácticamente inmóviles, ha sido atribuida a las obras públicas en curso, que conectan directamente con el distrito.
Este fenómeno no es ajeno a los habitantes de la ciudad, quienes están acostumbrados al caos vehicular típico de las «horas pico» matutinas y vespertinas, coincidiendo con los horarios de entrada y salida de los trabajos. Sin embargo, las actuales obras de construcción en diferentes sectores han exacerbado notablemente el problema, extendiendo los periodos de tráfico intenso y afectando a un mayor número de tijuanenses.
La situación plantea un desafío tanto para los conductores como para las autoridades locales, quienes buscan mitigar el impacto de estas obras en la fluidez del tráfico. Mientras tanto, los ciudadanos enfrentan la tarea diaria de navegar por estas complicaciones viales, buscando rutas alternativas o ajustando sus horarios para evitar las peores congestiones.
Este «trafical» no solo pone a prueba la paciencia de los conductores, sino que también resalta la importancia de una planificación urbana eficiente que contemple el impacto de las obras públicas en la movilidad de la ciudad.
A medida que Tijuana continúa creciendo y desarrollándose, encontrar soluciones a estos desafíos se vuelve cada vez más crucial para asegurar el bienestar y la productividad de sus habitantes.