By En el corazón de la Zona Centro de Tijuana se erige un monumento histórico, el Mercado El Popo, que ha resistido el paso del tiempo y un devastador incendio para seguir siendo un símbolo vivo de la rica historia, cultura y tradiciones mexicanas.
Conocido originalmente como «Pasaje Anáhuac», este mercado es más famoso por su apodo cariñoso, «El Popo», en honor a la icónica nevería que una vez ocupó este espacio. A lo largo de casi un siglo, El Popo ha sido un crisol de aromas, sabores y colores, ofreciendo una variedad incomparable de productos típicos mexicanos.
Una característica especial del mercado, durante la temporada de calor, es la danza de las abejas sobre los dulces cristalizados que adornan la entrada, dando al mercado su otro apodo, «Mercado de las Abejas».
Este fenómeno natural es solo una pequeña parte del encanto que atrae a visitantes de todo el mundo, especialmente a los «paisanos» que regresan de Estados Unidos en busca de los sabores y productos que evocan recuerdos de la infancia y la juventud.
Verónica Rueda Andrade, una visitante regular desde hace 15 años, elogia la accesibilidad económica del mercado en comparación con los supermercados modernos. «Es muy económico comparado con los supermercados.
Mis padres siempre me traían aquí, y ahora yo traigo a mis hijos para que experimenten la misma emoción de curiosear, caminar y disfrutar de los aromas», comparte Verónica.
El Mercado El Popo es mucho más que un centro comercial; es un santuario cultural donde la comunidad se reúne para celebrar la autenticidad y la tradición mexicana que se respira en cada esquina y se saborea en cada bocado.
A medida que el mercado continúa su legado, sigue siendo un recordatorio vívido de la riqueza del patrimonio mexicano que perdura en el corazón de Tijuana.
